DECLARACIÓN: El Paquete de Alivio por COVID-19 del Senado Abandona al Pueblo Estadounidense en un Momento de Gran Necesidad, dice Neera Tanden de CAP

Por Ricardo Rauseo | Publicado el 10 de Septiembre de 2020

Washington, D.C. – A casi 120 días hoy desde que la Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó la Ley HEROES, el Senado de los Estados Unidos fracasó en avanzar en un reducido paquete de alivio por COVID-19 propuesto por el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell (R-KY). Luego de la votación, Neera Tanden, presidenta y directora ejecutiva del Center for American Progress, emitió la siguiente declaración:

Casi 200.000 estadounidenses han muerto por COVID-19, decenas de millones de estadounidenses están sin trabajo y millones de familias están luchando para llegar a fin de mes, mientras cuidan a niños que están aprendiendo en casa o en entornos peligrosos, mal equipados para proteger a estudiantes y educadores.
En vez de tomar medidas significativas para ayudar al pueblo estadounidense en este momento de gran necesidad, la mayoría del Senado propuso un paquete que ahonda el seguro de desempleo de emergencia, exhorta a las escuelas a reabrir completamente sin tener en cuenta las condiciones de salud locales y explota una pandemia para promover un lista de objetivos ideológica, como el ardid de bonos escolares para escuelas privadas de la Secretaria de Educación de los Estados Unidos, Betsy DeVos.
Fracasa en no incluir cheques de estímulo para ayudar a las familias a pagar la renta o costear prescripciones médicas, asistencia para el alquiler, o dar ayuda a los estados y localidades que enfrentan déficits devastadores que sólo pueden conducir a serios despidos y recortes presupuestarios que paralizarán nuestra recuperación económica en los próximos años. Lo que sí incluye la propuesta -un escudo para eludir responsabilidades que antepone los intereses de las grandes empresas- es un insulto a los trabajadores de primera línea de todo este país, que se ponen en peligro para mantener nuestras comunidades en funcionamiento.
Han pasado casi cuatro meses desde que la Cámara tomó medidas decisivas para poner a las familias primero en la respuesta de nuestra nación a la pandemia. Desde entonces, aproximadamente 100.000 estadounidenses han muerto y se han destruido innumerables medios de sustento. El pueblo estadounidense merece un plan que refleje la escala de las crisis que enfrentamos, no otra dádiva a las compañías de Fortune 500. Ya es hora de que el Senado se tome en serio el real dolor económico que está experimentando nuestro país.

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