Washington, DC — El siete de enero de 2021, Facebook suspendió al expresidente Donald Trump de sus plataformas, el día después de que ayudó a incitar a un ataque mortal y peligroso contra el Capitolio de EE.UU., la culminación de meses de declaraciones incendiarias y falsas del expresidente sobre las elecciones de 2020. En mayo, la Junta de Supervisión de Facebook anunció que mantendrá la decisión de la plataforma tecnológica de restringir a Trump, tanto en Facebook como en Instagram, pero devolvió la decisión final a Facebook señalando que la compañía debería, dentro de los próximos seis meses, “reexaminar la sanción arbitraria que impuso el siete de enero y decidir la sanción apropiada”.
Hoy, Facebook anunció que continuará con la suspensión del expresidente Trump hasta al menos principios de 2023, pero dejó la puerta abierta para su restitución en la plataforma “si las condiciones lo permiten”. En respuesta, Adam Conner, vicepresidente de Política Tecnológica del Center for American Progress, emitió la siguiente declaración:
Facebook continúa negándose a hacer lo correcto y prohibir permanentemente al expresidente Trump. Reglas claras, como solicitó la Junta de Supervisión, son esenciales. Pero, suena incomprensible que la idea de que un presidente en funciones incite a una insurrección violenta de supremacistas blancos no sea una violación lo suficientemente clara como para merecer una expulsión permanente. Facebook dice que restituirá la cuenta de Trump en 2023 si “la amenaza a la seguridad pública ha retrocedido”, pero instancias violentas como la insurrección del seis de enero dejan claro que Facebook es cómplice en la amenaza para la seguridad pública.
A principios de este año, Conner escribió un artículo de opinión para NBC News, en el que argumentó no sólo que la Junta de Supervisión de Facebook debería “recomendar la suspensión permanente y formal de Trump, a lo que Facebook debería consentir”, sino también que Facebook “debería pasar al trabajo necesario de divulgar un conjunto completo de datos al público sobre la actividad de su plataforma, para que la opinión pública estadounidense pueda comenzar a entender el verdadero alcance del daño que infligió a nuestra democracia utilizando su plataforma”. Conner, un exempleado de Facebook, calculó que Trump publicó en sus cuentas personales de Facebook y Twitter más de 2.200 veces entre las elecciones y la insurrección, y utilizó muchas de esas publicaciones para difundir mentiras incendiarias y desinformación sobre las elecciones. Sólo en Facebook, esas publicaciones recibieron millones de interacciones y se compartieron las mismas veces.
Para obtener más información o hablar con un experto, no dude en contactar a Ricardo Rauseo a rrauseo@americanprogress.org.