Washington, D.C. – Hoy, el Center for American Progress publicó “The Path to 270 in 2020”, un proyecto de investigación cuatrienal que examina las tendencias demográficas y geográficas más importantes que configuran la carrera presidencial del próximo año tanto a nivel nacional como en estados claves.
El informe fue escrito en conjunto por Ruy Teixeira y John Halpin, senior fellows de CAP y codirectores del programa de Política y Elecciones. Los resultados se basan en el análisis integral de los datos electorales de States of Change.
Algunos de los hallazgos clave incluyen:
- La participación no blanca del electorado aumentará en 2 puntos porcentuales, casi en su totalidad gracias al aumento en la participación de hispanos, asiáticos y votantes de otras razas.
- Lo anterior se equilibrará con una disminución proporcional en la participación de votantes blancos no universitarios, mientras que la proporción de votantes blancos con educación universitaria aumentará ligeramente.
- En base a estos patrones y al historial pasado de votos, el candidato demócrata en 2020 tiene una muy buena posibilidad de volver a obtener el voto popular. De hecho, en un escenario en el que nada cambie entre 2016 y 2020, exceptuando los tamaños relativos de los grupos demográficos que conforman el electorado, el candidato demócrata ganaría el voto popular por un margen mayor: 3,2 puntos porcentuales. Este resultado mantiene constantes los niveles de participación y las preferencias de los votantes en sus grupos demográficos entre las elecciones de 2016 y 2020.
- En un escenario donde la participación y las preferencias de los votantes por grupo demográfico siguen siendo las mismas que en 2016- y sólo la estructura demográfica subyacente de los electos cambia en 2020- el candidato demócrata recuperaría Michigan, Pennsylvania y Wisconsin para ganar el Colegio Electoral por 279 contra 259 votos.
- Para que el presidente Donald Trump gane el voto popular, necesita aumentar dramáticamente su apoyo entre su grupo demográfico más fuerte: los votantes blancos no universitarios.
- Si el presidente aumentara el apoyo de estos votantes en todos los estados por 10 puntos marginales, de hecho, tendría el voto popular, aunque solo por 1 punto porcentual.
- Si Trump aumentara su margen entre hispanos, asiáticos y votantes de otras razas por 15 puntos o entre los graduados universitarios blancos por 10 puntos, de todas formas perdería por poco el voto popular (0.8 puntos y 0.2 puntos, respectivamente).
- En un escenario en el que Trump se ganara el voto popular con un giro de votantes blancos sin educación universitaria por 10 puntos de margen, también ganaría por una fuerte mayoría el Colegio Electoral en 2020, por 329-209, agregando a Nevada, Maine, Minnesota y Nuevo Hampshire a los estados que ganó en 2016.
“Dados los cambios demográficos esperados en el electorado, las elecciones de 2020 están actualmente en juego. Aunque el presidente Trump enfrenta una desaprobación general y una disminución de ventajas demográficas a nivel nacional, su fuerte apoyo y potencial para expandirlo entre los votantes blancos no educados en la universidad en varios estados clave en disputa, le da un camino a los 270 votos electorales”, explicó Teixeira, autor principal del informe.
Halpin, coautor del informe, agregó: “Si bien los demócratas se benefician de los cambios proyectados en la demografía subyacente, el candidato nominado del partido debe ser capaz de movilizar a los votantes de base y reducir los márgenes de Trump entre los votantes con educación universitaria que desaprueban a Trump, así como entre las mujeres blancas educadas no universitarias en particular en estados como Pensilvania, Michigan y Wisconsin, si esperan tener éxito en los votos populares y electorales”.
Algunas de las preguntas que explora el informe incluyen:
- Las tendencias nacionales, ¿nos dicen mucho sobre esta elección en particular, o el resultado probablemente se determinará en un puñado de estados y regiones dentro de éstos? Si es lo último, ¿qué estados serán los más importantes para dar vuelta las elecciones y qué deben hacer ambos partidos para maximizar sus posibilidades en ellos?
- Si el presidente Trump simplemente replica su coalición votante de 2016, ¿puede esperar de manera realista ganar, o hay otras tendencias demográficas y partidistas que sugieren la necesidad de hacer más de lo que se hizo en 2016?
- ¿Pueden los demócratas movilizar con éxito a sus votantes de base y ganar a votantes menos partidarios que puedan estar inseguros tanto de Trump como del eventual candidato demócrata? ¿Los demócratas tienen la agenda y el mensaje para hacer ambas cosas?
- ¿Existen vías realistas para el crecimiento demográfico y geográfico de Trump o los demócratas? Si es así, ¿qué votantes y estados son objetivos probables para cada uno?
- ¿Cómo afectarán potencialmente a las elecciones los debates y temas fundamentales, como el estado de la economía o los eventos internacionales? ¿Qué pasos deberían tomar los republicanos y los demócratas para dar forma a estos debates en términos favorables?
Para obtener más información o hablar con un experto, favor contactar a Ricardo Rauseo vía email a rrauseo@americanprogress.org o al teléfono 202-481-8212.