Washington, D.C. – La violencia supremacista blanca se ha propagado en los Estados Unidos a una tasa alarmante durante los últimos cuatro años, emergiendo como una de las principales amenazas a la seguridad nacional que debe enfrentarse y detenerse en seco.
El Center for American Progress y el McCain Institute for International Leadership publicaron hoy un plan de política bipartidista que describe una estrategia integral para frenar la violencia y abordar las causas de origen que alimentan a estos proveedores de extremismo y odio.
“Es hora de ponernos serios respecto de cómo lidiar con la amenaza a largo plazo de la violencia supremacista blanca”, dijo Katrina Mulligan, vicepresidenta interina de Seguridad Nacional y Política Internacional de CAP. “Este plan ofrece soluciones de políticas que ambos partidos pueden apoyar, con el objetivo de poner fin a la violencia y abordar sus causas de origen”, agregó.
“La violencia de los supremacistas blancos es una amenaza omnipresente y alarmante para nuestra seguridad nacional que requiere una respuesta coordinada e integral”, dijo Brette Steele, directora senior de Prevención de la Violencia Focalizada en el McCain Institute. “Al identificar puntos en común entre un grupo diverso de partes interesadas que comparten el mismo objetivo final, este plan entrega oportunidades puntuales para que la rama Ejecutiva y el Congreso tomen medidas”, añadió.
Las recomendaciones son el subproducto de un proyecto de un año, que consultó a más de 150 líderes de las comunidades más afectadas por la violencia de la supremacía blanca, junto con defensores de los derechos civiles y expertos en aplicación de la ley, lucha antiterrorista y seguridad nacional. El resultado es un plan que refleja un amplio consenso sobre las políticas para derribar este problema, respetando al mismo tiempo las libertades civiles y protegiendo a comunidades vulnerables.
“CAP y el McCain Institute han prestado un gran servicio a nuestro país al elaborar un modelo de excelentes propuestas de consenso para neutralizar la peor amenaza a la seguridad doméstica de la nación: la violencia supremacista blanca”, dijo el representante Jamie Raskin (D-MD.). “Durante años, he presionado al gobierno federal para que desarrolle un plan integral para contrarrestar el extremismo violento nacional. Mientras hemos logrado algunos avances -incluyendo que el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. finalmente identifique a los extremistas supremacistas blancos como ‘la amenaza más persistente y letal a la patria’- el gobierno de EE.UU. ha fallado en organizarse para contrarrestar y derrotar la amenaza. Este plan traza un serio camino paso a paso para derrotar el extremismo violento doméstico, la puerta de entrada a la destrucción de nuestra paz y democracia”, agregó.
Entre las recomendaciones clave del informe están:
- Impulsar más recursos a través de las agencias federales para cumplir las demandas del problema, crear conciencia y mostrar liderazgo para abordar la amenaza.
- Crear nuevos estándares para prevenir que los supremacistas blancos se infiltren -o recluten- en el ejército, las fuerzas del orden y la fuerza laboral federal.
- Mejorar la recopilación de datos, investigación y reportes sobre las tácticas y los actores de la supremacía blanca, para desarrollar información más confiable para guiar la acción.
- Revisar las brechas en las herramientas de denuncia de delitos de odio a nivel federal y estatal, y crear incentivos federales para mejorar la precisión de la denuncia por parte de las fuerzas del orden público estatales y locales.
- Emplear las últimas herramientas financieras y tecnológicas, así como autoridades, para indagar las finanzas de los supremacistas blancos violentos y tomar medidas enérgicas contra los financistas extranjeros que los apoyan.
- Invertir en programas e iniciativas que protejan contra la violencia y desarrollen resiliencia y confianza a nivel estatal y local.
- Proporcionar recursos adicionales al Departamento de Justicia y al FBI para llevar a cabo investigaciones y procesos penales contra grupos de odio, milicias privadas e individuos que lleven a cabo actos de violencia supremacista blanca.
- Aplicar legislación para permitir un procesamiento más eficaz de los delitos de odio, prohibir la discriminación racial y religiosa, y prevenir que los supremacistas blancos se armen.
“Agradezco al Center for American Progress y al McCain Institute por su plan detallista y oportuno para poner fin a la violencia supremacista blanca en los Estados Unidos”, dijo el representante Tom Malinowski (D-NJ). “Estoy particularmente agradecido de que el reporte reconozca la necesidad de abordar la amplificación algorítmica del contenido radicalizado en plataformas de redes sociales, que conduce a la violencia fuera de línea, tema en el que me he centrado intensamente desde que llegué al Congreso. Abordar la creciente amenaza del extremismo interno es uno de los desafíos más urgentes que enfrentamos como país y será necesario un enfoque integral, como el que se presenta en este informe, si queremos hacerlo de manera eficaz”, señaló.
“Las armas de fuego son cada vez más las preferidas de los supremacistas blancos y otros extremistas que las usan para intimidar y cometer actos de violencia”, dijo Nick Suplina, director gerente de Leyes y Políticas de Everytown for Gun Safety. “Ahora, necesitamos la voluntad política para reconocer la amenaza de la supremacía blanca e invertir en estas reformas fundamentales para proteger nuestras comunidades”, precisó.
“La violencia supremacista blanca es un problema fundamental que necesita discusiones e ideas a través de la sociedad y el gobierno para resolverlo”, dijo Nicholas Rasmussen, ex director del National Counterterrorism Center. “Eso es lo que este trabajo busca comenzar y espero que genere más conversaciones sobre las mejores acciones que los responsables de formular políticas puedan tomar”, enfatizó.
“Este plan de política describe los pasos necesarios para enfrentar la amenaza cada vez mayor de la supremacía blanca violenta y el racismo sistémico, que está tan profundamente arraigado en nuestra sociedad”, dijo Heidi Beirich, cofundadora del Proyecto Global Contra el Odio y el Extremismo. “Las recomendaciones de este plan deben implementarse con cuidadosa consideración para proteger los derechos civiles y humanos de todas las comunidades”, puntualizó.
Lea el reporte: “A National Policy Blueprint to End White Supremacist Violence”, por el Center for American Progress y The McCain Institute for International Leadership
Lea un resumen de las recomendaciones del informe aquí.
Para obtener más información o hablar con un experto, no dude en contactar a Ricardo Rauseo a rrauseo@americanprogress.org.