Por Michael Ettlinger, vice-presidente en política económica en el Center for American Progress
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Los medios de comunicación pueden reimprimir y editar esta columna por longitud y formato siempre y cuando se incluya la información del autor y su afiliación y se notifique al Center for American Progress. Fue publicada originalmente por American Progress aquí.
El discurso del presidente Barack Obama la semana pasada sobre la desigualdad de ingresos y la clase media, por lo menos, enfatizó la importancia de una fuerte clase media para nuestra economía estadounidense.
De hecho, el problema económico más inmediato y urgente para los Estados Unidos son los retos económicos que enfrentan la clase media. Los ingresos decaen , las casas se encuentran bajo el agua y valen menos que sus hipotecas, y los empleos perdidos no son – seamos claros – un problema solamente para el bienestar de las familias de la clase media, sino un ancla para la economía entera, amenazando a todos tanto los pobres como los ricos.
Tantos los economistas como líderes empresariales señalan la falta de demanda en la economía como el reto central. ¿De dónde proviene esta demanda? La mayor parte de la demanda viene de los gastos de los consumidores de la clase media. ¿Y de dónde proviene el dinero que gastan los consumidores de la clase media? De los ingresos de la clase media. ¿Y qué está pasando con los ingresos de la clase media? Están en caída – el aumento de los sueldos son escasos y los empleados nuevos están recibiendo salarios más bajos de los empleados a quienes están remplazando en la fuerza laboral, y los desempleados, por supuesto, sólo tienen su pequeño seguro de desempleo (si es que califican).
La clase media también esta atrapada bajo una carga de deuda enorme. Esta deuda se debe en gran parte a la crisis hipotecaria. Muchos compradores de hogares de la clase media compraron casas que ahora valen mucho menos de lo que pagaron, confiando en la industria de hipotecas y los prestadores quienes, en virtud de su disposición a prestar, aseguraron a los compradores de casas que los precios estaban justificados. Incluso, muchos de los prestadores han sido rescatados por el gobierno federal porque la industria financiera se consideraba demasiado grande para quebrar.
El problema es que la clase media también es demasiado grande para quebrar, pero se ha la permitido sufrir y languidecer bajo un nivel de deuda que les impide gastar. Como grupo, sus ingresos disminuidos pagaran los hogares caros que han comprado. Esto no estimula la demanda económica que el país necesita.
Estos propietarios también están atrapados en casas que están "bajo el agua". Eso significa menos mudanzas a casas más grandes y menos construcción inmobiliaria. Una gran fuente de demanda en nuestro país solía ser no sólo la compra y construcción de viviendas, sino también todos los electrodomésticos, muebles, y todas las cosas que la gente pone en sus casas.
Sin embargo,la falta de demanda no es el único problema económico que enfrenta nuestro país. También necesitamos más inversión. Pero, la falta de demanda es la raíz de nuestros problemas con la falta de inversión. El consumidor de la clase media es quien crea el incentivo para concebir, fabricar y vender lo que produce la economía y también quien crea las oportunidades comerciales que impulsan la inversión.
El problema para nuestra economía creado por una clase media debilitada no es sólo el menor consumo. La clase media es el corazón de nuestra economía y es la fuerza laboral indispensable de la nación. Fue, de hecho, el aumento en productividad de los trabajadores de la clase media que ha generado la mayor parte de la riqueza de nuestra nación.
El espíritu empresarial y la invención también tienen sus raíces en la clase media. Una vida sin privaciones permite que la clase media tenga el tiempo y la flexibilidad para educarse; para pensar, meditar, y explorar – para innovar e inventar. Aquellos en la clase media pueden permitirse un cierto grado de riesgo: dejar el trabajo seguro para fundar una nueva empresa después de acumular los activos de inicio. Las fortunas en la lista de los estadounidenses más ricos de Forbes 400 comienzan con los riesgos de la clase media, la invención de la clase media, o una inversión de la clase media. Bill Gates, Thomas Edison, y los hermanos Wright vinieron de familias de la clase media.
Una clase media fuerte también es clave para nuestra estabilidad nacional. Hay, por supuesto, nuestra estabilidad social. Sin embargo, la estabilidad económica depende también en gran parte de estadounidenses con finanzas estables y empleos regulares. Una parte de la historia de la Gran Recesión es cómo el debilitamiento de la igualdad llevó a la inestabilidad del mercado financiero. En una versión muy simplificada de la historia, aquellos que tienen el dinero tuvieron que prestárselo a la clase media para que pudieran comprar las cosas que las personas con el dinero les querían vender. Esto fue necesario solamente porque los ingresos de la clase media se quedaban atrás mientras los ingresos de los ricos subían enormemente.
Así que cuando se trata de la discusión de quienes son los “creadores de empleos”, el 1 por ciento o los demás, ¿cual es la respuesta? Como dijo Nick Hanauer, uno de los principales empresarios y inversionistas en nuestro país, en Bloomberg Businessweek, “La sabiduría convencional de que los ricos y los negocios son los ‘creadores de empleos’ de nuestra nación es… falsa. Sólo los consumidores pueden poner en marcha un círculo virtuoso que permite a las empresas que sobrevivan y prosperen, y que los propietarios de empresas contraten. Un consumidor común de la clase media es mucho más un creador de empleos que yo he sido o podre ser”
Los desafíos que enfrentan a la clase media, y el problema de la creciente desigualdad de ingresos en general, no son sólo los problemas que se derivan de la forma en que la economía se divide sino que también son la causa lenta de la lenta expansión de la economía. Esta es la razón porque la clase media debe ser el enfoque de nuestra política económica, no sólo la política social.
Esta idea no es particularmente nueva. Considere el Homestead Act de 1862, que les dio tierra a agricultores pequeños en vez de a los grandes terratenientes o especuladores. No hubo subastas mediante las cuales la tierra podría haber ido a los ricos constructores de imperio que la habrían usado para sacar provecho alquilandola a los aparceros, contratando a la clase campesina para cult
ivarla, o acapararla para venderla más adelante. O veamos la generación de estadounidenses que se beneficiaron del GI Bill de 1944 quienes, con su educación, construyeron la economía de la posguerra para crear la nación más próspera de la historia del mundo. Del mismo modo, el Seguro Social, Medicare, y los incentivos para los empleadores para que proporcionen cobertura de salud para sus empleados le dio a la clase media la seguridad que hizo todo lo demás posible.
Entonces, ¿qué debemos hacer en el siglo 21? Lo primero es defender lo que tenemos. Los ataques al seguro social, Medicare, Medicaid, y el seguro de desempleo no sólo perjudicarán a sus beneficiarios, sino también socavarán la seguridad vital de la clase media – impidiendo a la gente que tomen los riesgos que cualquier economía necesita para crecer. Por la misma razón se debe defender la nueva ley de salud ya que el aliviar la sobrecarga de la asistencia médica en las familias es muy importante.
Además, tenemos que concentrar nuestros esfuerzos para encaminar la gente de la pobreza a la clase media. Y tenemos que enfrentar los crecientes costos de los combustibles fósiles, y abordar las consecuencias reales de la falta de cuidado infantil asequible y de calidad. También, los sindicatos, que solían ser una fuerza poderosa para mejorar la vida de la clase media, tienen que ser resucitados a través de la adopción de leyes laborales justas que les permiten a los estadounidense unirse a un sindicato, si lo desean.
En este momento sin embargo, el enfrentar la crisis en el mercado inmobiliario y reducir los impuestos de la clase media mientras nuestra economía lucha para recuperarse son los pasos más críticos.
El presidente Obama hizo un llamado para que algunos de estos pasos se tomen en su discurso de la semana pasada y ha ofrecido propuestas concretas de política en el pasado. El Center for American Progress también tiene propuestas que podrían ponerse en práctica inmediatamente, así como también un sitio web lleno de ideas a largo plazo. Pero dejando de lado los detalles de las políticas y cuáles son de la máxima prioridad, una cosa está clara. La atención debe centrarse en los creadores de empleo reales: el 99 por ciento de los estadounidenses.
Michael Ettlinger es el vice-presidente en política económica en el Center for American Progress.
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