Por Sabina Dewan
Los Conservadores en el Congreso se sienten entusiasmados de poder votar por fin a favor de los tres acuerdos de libre comercio con Colombia, Panamá y Corea del Sur. Pero muchos se oponen cuando se trata de votar también por la legislación de Asistencia de Ajuste Comercial que presta servicios cruciales para ayudar a recapacitar y re-emplear a los trabajadores estadounidenses que pierden sus empleos por causa del comercio extranjero.
No obstante, la legislación de Asistencia de Ajuste Comercial se ha aprobado. Pero solo porque los conservadores que votaron a favor de la legislación lograron reducir la escala del programa a partir de su versión del 2009. La versión actual reduce la elegibilidad, ahoga los beneficios y hace más difícil que los trabajadores que han perdido sus empleos tengan acceso a la atención de salud que necesitan.
En el 2009, el Congreso—con el liderazgo bipartidista del Rep. Max Baucus (D-MT), Rep. Charlie Rangel (D-NY), el Senador Chuck Grassley (R-IA) y el Rep. Dave Camp (R-MI)—anticipó los choques de la crisis económica y amplió la Asistencia de Ajuste Comercial a fin de brindar mejor cobertura a más trabajadores.
El Sen. Grassley señaló:
La Agenda de Política Comercial del Presidente también plantea que nuestra política comercial requiere una valoración más aguda de las consecuencias del comercio para los trabajadores, las familias y las comunidades. Yo creo que nuestras políticas comerciales han reflejado estas consecuencias por algún tiempo. Y, nosotros recientemente enfrentamos estas consecuencias para nuestros trabajadores en la economía globalizada del Siglo XXI cuando logramos una verdadera reforma y ampliación bipartidista de nuestros programas de Asistencia de Ajuste Comerciale.
Hoy por hoy, aun cuando 14 millones de estadounidenses están sin trabajo y muchos más están subempleados, los miembros conservadores se niegan a proporcionarles la recapacitación y apoyo adecuados que necesitan para recuperarse. Y el precio que conlleva una prórroga de la versión ampliada del 2009 del Programa de Ajuste Comercial solo habría representado el .05 por ciento o $1,8 mil millones de nuestro presupuesto general.
Es evidente que no podemos darnos el lujo de gastar $1,8 mil millones en ayudar a los trabajadores para que sean miembros productivos de la economía, pero podemos darnos el lujo de gastar $58 mil millones en recortes de impuestos para los millonarios como resultado de los recortes impositivos de Bush en el 2010.
La legislación de Asistencia de Ajuste Comercial que se debate actualmente en el Congreso revela de nuevo que las palabras de los conservadores que hablan de crear empleos y proteger a los trabajadores estadounidenses son poco más que pura retórica. Cuando llegue la hora de la verdad, los conservadores con gusto le quitarán la alfombra de debajo de los pies a los trabajadores que hoy están luchando para sobrevivir en estos tiempos económicos difíciles.
Sabina Dewan es Directora de Globalización y Empleo Internacional en American Progress.
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