Los medios de comunicación pueden reimprimir esta columna siempre y cuando se incluya la información del autor y su afiliación. Podrá ser editada por longitud y formato siempre y cuando se notifique al Center for American Progress. Fue publicada originalmente en americanprogress.org/espanol.
Por Angela Maria Kelley, Marshall Fitz , Gebe Martinez, Vanessa Cárdenas
Los votantes latinos tenían mucho por lo cual sentirse indignados en la elección de mediano término. Los ataques anti-inmigrantes alcanzaron un nuevo punto bajo en esta temporada de campaña y la respuesta de los votantes latinos ha causado repercusiones importantes. Su participación electoral protegió a los senadores titulares de Nevada, Colorado y California y fue decisiva para mantener el equilibrio de poder en la cámara alta. Su voto también afectó las campañas de los gobernadores en varios estados donde acudieron a las urnas en gran número a favor de los demócratas que los defendieron. Digno de destacarse fue también el hecho de que se mostraron decididamente más fríos hacia los candidatos republicanos latinos que no se manifestaron firmemente en apoyo de la reforma migratoria.
A través de sus votos y en encuestas preelectorales los latinos demostraron que estaban ofendidos por el negativo discurso político anti-inmigrante y anti-latino. La inmigración se elevó al primer nivel de sus preocupaciones junto con sus empleos y la economía.
Comencemos por Nevada. El estado es muy conocido ya por su campaña étnicamente cargada de “nosotros contra ellos” en contra del Líder de la Mayoría del Senado Harry Reid (D-NV), que afirmaba que a Reid sólo le preocupaban los inmigrantes, a quienes pintaban repetidamente en los anuncios como tenebrosos matones de piel oscura frente a gente de piel blanca vulnerable.
Durante años el Sen. Reid ha trabajado para adelantar la reforma integral así como el DREAM Act (la ley del sueño), un proyecto de ley que ofrece condición legal a jóvenes que van a la universidad o sirven en el ejército. La amplia legislación nunca se materializó y el DREAM Act se estancó, pero los votantes latinos decepcionados todavía sabían quién era su defensor cuando se levantaron en defensa de Reid en contra de la enconada virulencia de la campaña.
Cuando los oponentes de Reid tergiversaron su hoja de servicios legislativos e incluso instaron a los latinos a que no votarán, los votantes latinos ya habían tomado su decisión. Ellos votaron a un nivel más elevado que en las elecciones generales presidenciales del 2008. Los latinos integraban cerca del 12 por ciento del electorado de Nevada en el 2008. Este año, las encuestas a boca de urna mostraban que habían alcanzado un 15 por ciento total del electorado.
Latino Decisions, firma encuestadora e investigadora nacional, realizó una encuesta en la víspera de la elección del electorado latino en ocho estados para lograr una imagen más precisa del entusiasmo y las preferencias del votante latino que la que permiten obtener los modelos actuales de encuesta a boca de urna. La encuesta abordó una serie de deficiencias conocidas en las encuestas a boca de urna de latinos (como las barreras del idioma y los problemas de muestreo geográfico) y pronosticó una asistencia aún mayor y más apoyo a Reid que el que se reflejaba en las encuestas a boca de urna. Las encuestas a boca de urna indicaban que el 68 por ciento de los latinos votaron por Reid, por ejemplo, en tanto que Latino Decisions proyectaba que el apoyo latino se acercaba más al 90 por ciento. Lo que es indiscutible es que Reid hubiera perdido sin el voto latino.
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