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El Center for American Progress Action Fund, una organización hermana de CAP, está liderando una campaña para reducir el asma y otros efectos nocivos para la salud que provienen de las plantas eléctricas de carbón. La campaña ya está en marcha, y continuará hasta el 5 de julio 2011. Esta campaña ofrece una nueva oportunidad a las comunidades de fe de expandir sus esfuerzos para proteger el medio ambiente al nivel federal.
Las comunidades de fe en todo el país están a la vanguardia de los esfuerzos para proteger y preservar la tierra, el aire y el agua de nuestro país –lo que muchos de ellos llaman "cuidado de la creación." Para ellos, el cuidado de la creación es una cuestión de administrar y proteger los recursos naturales que Dios ha dado a los seres humanos. Además, pastores, rabinos, e imanes participan en campañas como esta para limpiar el medio ambiente porque ven las consecuencias humanas de la energía sucia—los niños en sus congregaciones que sufren de asma, los padres que luchan contra el cáncer, y algunos incluso sufren de envenenamiento por mercurio.
El diciembre pasado, 56 organizaciones religiosas a nivel nacional hicieron un llamado al Congreso para que protejan a la autoridad de la Agencia de Protección Ambiental para regular los contaminantes, incluyendo los gases de efecto invernadero y el smog. Ellos escribieron: "… Nosotros pedimos que se opongan a cualquier intento de socavar la autoridad de la Ley de Aire Limpio para regular las emisiones de gases de efecto invernadero. Le encargamos que proteja la Ley de Aire Limpio y permitan que el EPA utilice la fuerza completa de la ley para asegurar que la creación de Dios y los hijos de Dios permanezcan sanos."
A nivel estatal y local, congregaciones y grupos religiosos participan activamente en campañas que promueven la regulación porque están siendo testigos de las consecuencias nefastas de la industria no regulada en sus ciudades y pueblos. Interfaith Power and Light de Carolina del Norte, por ejemplo, organizó una campaña comunitaria para escribir cartas y presentar ponentes en una audiencia pública sobre los peligros de la ceniza de carbón en Carolina del Norte, donde los estanques con más altos niveles de arsénico y zinc (que se encuentran en las cenizas del carbón) están vinculados al cáncer y otras enfermedades.
Las personas de fe están especialmente inspiradas para luchar por regulaciones para disminuir la contaminación atmosférica y la contaminación del agua debido a la mayor incidencia de la contaminación sobre las personas más vulnerables en sus comunidades, incluyendo bebés, niños y personas de color. La protección de los vulnerables se considera uno de los valores morales más sagrados de todas las tradiciones religiosas más importantes.
La ciencia ha demostrado que el envenenamiento por mercurio puede causar daño cerebral e incluso la muerte prematura entre los niños. Un informe reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades muestra que los niños afroamericanos tienen el mayor número de ataques de asma entre todos los grupos étnicos, y los niños latinos tienen un 60 por ciento más probabilidad de sufrir ataques de asma que los niños blancos. Asimismo, más del 71 por ciento de los afroamericanos y 66 por ciento de los latinos viven en áreas que no cumplen con uno o más de las normas de la calidad del aire del EPA.
En marzo el EPA dio un paso importante hacia una atmósfera más limpia al proponer su primera norma de tóxicos ambientales para las centrales eléctricas de carbón. La norma propuesta limitaría por primera vez las emisiones de mercurio, arsénico y otras sustancias tóxicas ambientales de las centrales eléctricas. La adopción de la regla de tóxicos del aire evitará aproximadamente 17.000 muertes prematuras, 120 mil ataques de asma, y 12.000 hospitalizaciones y visitas a la sala de emergencias cada año, según el EPA.
Los hechos son claros. La alternativa moral es clara. Las personas de fe—de hecho, todos los estadounidenses—deberían actuar y apoyar el EPA para que nuestra familias, especialmente nuestros hijos, no sean víctimas de la energía sucia.
Marta Cook es Asistente de Investigaciones para la Iniciativa Fe y Política Progresiva y para el Programa de Estudios Progresistas en el Center for American Progress.