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Por Norma Espinosa | May 7, 2012
Washington, D.C.– Durante los últimos meses la lucha para reautorizar la ley contra la violencia hacia la mujer, conocida como VAWA, se encuentra estancada dentro del sofocante ambiente del Congreso.
Promulgada en 1994, la misión de VAWA ha sido mejorar el sistema de justicia criminal reforzando penas federales para delincuentes de violencia domestica, capacitación para las autoridades, y servicios para victimas. La ley VAWA siempre ha tenido apoyo bipartidista extenso y poca oposición.
Pero este año senadores guiados por Charles Grassley (R-IA) y Kay Bailey Hutchinson (R-TX) objetaron a una cantidad de protecciones que la ley provee, incluyendo lenguaje para prevenir discriminación hacia victimas homosexuales y de transgénero, propuestas para permitir que las autoridades locales de reservas indígenas procesen y condenen a autores de crímenes de violencia domestica en su jurisdicción, y provisiones para expandir la U-visa para victimas inmigrantes de crimen.
Aunque la ley fue aprobada por el Senado, la Cámara de Representantes tiene su propia versión que excluye protecciones para homosexuales y personas de transgénero, inmigrantes, y asuntos de reservas indígenas, ignorando grupos con un alto riesgo de ser victimas de violencia domestica y crimen.
El apoyo público para reautorizar VAWA ha sido constante y casi dos décadas después de su aprobación inicial, las provisiones han comprobado constituir cambio real para las vidas de muchos estadounidenses. Aquí explicamos porque esta ley es demasiada importante para ser presa a una política partidista.
Una victoria histórica
VAWA se hizo ley en 1994 cuando el aquel entonces el Senador Joe Biden (D-NE) presentó la ley. Fue aprobada por el Congreso por gran margen, con un voto de 235-135 en la Cámara de Representantes y un voto de 61-38 en el Senado, como parte de la ley para las autoridades y el control de crimen violento de 1994.
La ley transcendental contuvo un paquete legislativo exhaustivo para tratar los extensos problemas de violencia domestica. También proporciono fondos y constituyó una respuesta comunitaria para las victimas de violencia domestica y violencia sexual, en la cual organizaciones y agentes locales como la policía, refugios, consejeros, abogados de familia, y fiscales, se aseguran que la victima tenga acceso a servicios a cada paso de su recuperación y que el agresor enfrente consecuencias reales.
La ley VAWA logró llamar atención a la violencia domestica e inicio una conversación nacional sobre un tema que previamente se le veía como un asunto privado y familiar que se debería resolver detrás de puertas cerradas y no en una corte publica. Antes de esta ley, existía una cultura de discriminación de género que impedía que el reclamo de una mujer que haya sufrido abuso de parte de su pareja fuera reconocida como un crimen, y menos que fuera investigada. Anteriormente la ley dejaba a la mayoría de mujeres sin ningún recurso cuando se trataba de violencia domestica.
A partir del año 2000, los efectos positivos de VAWA eran claros y la primera reautorización de VAWA fue aprobada con rapidez por la Cámara de Representantes y el Senado con un voto de 371-1 y 95-0. Lo mismo sucedió en el 2005.
En ambas instancias, el Congreso extendió la vigencia de programas existentes de VAWA y creó nuevos proyectos basados en las y recomendaciones de parte de las autoridades, victimas sobrevivientes, y proveedores de servicios. Cada vez la ley se convirtió mucho más fuerte y eficaz y el Congreso no se mantuvo al margen en cuanto a las necesidades de las comunidades más vulnerables.
Las vulnerabilidades de la victima indocumentada
VAWA fue la primera legislación que reconoció las dificultades únicas a las cuales grupos como mujeres indocumentadas enfrentan como victimas de violencia domestica y crimen.
VAWA expuso el poder que el agresor mantiene sobre su cónyuge indocumentado, aprovechándose del estatus migratorio de la victima, dejando la victima temiendo reportar el abuso y buscar ayuda. Este miedo junto con falta de información o información errónea, idioma, diferencias culturales, tienen un efecto multiplicador que el agresor fácilmente explota. Peor aun, muchas mujeres indocumentadas evitan reportar el abuso a las autoridades porque temen la deportación. La ley VAWA les dio a mujeres victimas indocumentadas la certeza y seguridad que podían reportar el abuso sin ningún castigo.
VAWA no solamente llamó la atención a las dificultades de mujeres indocumentadas, también creó un camino hacia un estatus legal por medio de la U-visa. La U-visa se le concede a victimas de un crimen que comprueban que sufrieron considerablemente y que cooperan con las autoridades. Al otorgar una U-visa, la vida de una mujer indocumentada que ha sido victima de violencia domestica cambia inmediatamente. Principalmente disuelve el miedo de deportación y le da el derecho de trabajar legalmente, dándole el poder de independencia económica, comúnmente otra cadena que ata a la victima al abusador.
Ambiente partidista amenaza la ley contra la violencia hacia la mujer de 2011-2012
Aunque se ha demostrado que la ley VAWA ha reducido la violencia, fomenta confianza con las autoridades, y aumenta la efectividad de las cortes, la ley propuesta se ha convertido en un rehén del ambiente híper-partidista del Congreso.
Cuando la tercera reautorización de VAWA, S.1925, fue examinada por el Comité Judiciario del Senado este pasado febrero, esta enfrento su primera oposición real. El Senador Grassley, por ejemplo, encontró un gran numero de provisiones a cual se oponía, incluyendo protecciones para parejas del mismo sexo, el aumento al numero de visas disponibles para inmigrantes maltratadas (argumentando que aumentaría la inmigración hacia los Estados Unidos), y esfuerzos para ayudar a las reservas indígenas y comunidades rurales. Al final la ley fue aprobada por el Senado por un voto de 68 a 31, incluyendo 15 Republicanos, el 26 de abril.
Pero la lucha sobre VAWA no ha terminado, y ahora continúa con la Cámara de Representantes. La delegada Sandy Adams (R-FL) presentó su versión que contiene diferencias considerables a la versión del Senado, notablemente eliminando protecciones para inmigrantes y excluye provisiones para individuos homosexuales y de transgénero, e indígenas estadounidenses.
La versión de la delegada Adams elimina las provisiones de confidencialidad que animan a victimas de abuso y crimen a reportar y cooperar con las autoridades, destruyendo el proceso de la visa U entre otras cosas. También elimina la provisión vigente que autoriza a victimas que obtienen la visa U a una protección permanente al ajustar su estatus migratorio para obtener la residencia estadounidense. El eliminar estas provisiones de la visa U resultara en menos cooperación con las autoridades, pocos casos procesados, y agresores libres, poniendo en peligro la seguridad pública.
El proyecto de ley de Adams esta programada para consideración en el comité judicial de la cámara de representantes los primeros días de mayo y un voto final a mediados de mayo.
El Congreso debe reautorizar VAWA con protecciones para todos
Para las mujeres en los Estados Unidos, los grandes progresos que se han logrado en las ultimas dos décadas son esenciales para seguir construyendo una sociedad que valore igualdad y un sistema legal que lo refleje. Estas ganancias no se cederán sin una lucha.
Desde que VAWA se inició su estrategia para combatir la violencia domestica y crimen nunca han sido de una sola dimensión. Nunca busco excluir a ciertos grupos porque la realidad es que cualquiera puede ser victima de abuso. Sin VAWA, las herramientas necesarias para las autoridades y proveedores de servicios, como recursos para capacitación, programas educativos, y campañas nacionales y locales para llamar la atención se perderán.
Las autoridades en todo el país han apoyado firmemente la ley de VAWA y la inclusión de grupos marginados. En una carta al Congreso, 54 ministros de justicia describieron que capacitación y programas para la prevención e intervención son críticos para seguir progresando y salvar vidas. Las estadísticas demuestran que estos grupos sufren crimen y violencia domestica a niveles mucho más altos. Un estudio de la ciudad de Nueva York encontró que el 51 por ciento de las victimas de homicidios entre cónyuges nacieron fuera de los estados unidos, mientras que el 45 por ciento nació en los Estados Unidos. Las autoridades se han dado cuenta que protegiendo a las victimas mas vulnerables, la violencia entre comunidades enteras se reduce grandemente.
La ley de VAWA nunca ha sido un tema partidista, y no debería serlo hoy. El propósito de VAWA es crear un sistema imparcial y justo donde los dos géneros se tratan y se protegen igualmente. Lo importante es que todas las victimas sean protegidas y acabar con el ciclo de violencia, sosteniendo los derechos humanos de todos, sin importar su género, orientación, o estatus legal en este país.
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