COLUMNA: La Falsa Premisa del Enfrentamiento entre Negros e Inmigrantes

Publicado el 19 de Marzo de 2010

Este artículo se puede reimprimir por medios de comunicación siempre y cuando se incluya la información del autor. Fue publicado originalmente en americanprogress.org.

Por Sam Fulwood y Henry Fernandez, Center for American Progress

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En medio del engañoso desafío a la equidad para todos los trabajadores de EE.UU. está la idea de que los negros se muestran resentidos con los inmigrantes indocumentados latinos por haberse llevado los trabajos que por derecho les pertenece a ellos. Los oponentes restriccionistas a la reforma inmigratoria aprovechan esta línea de ataque y la explotan para dividir las dos comunidades raciales y étnicas.

No está funcionando.

No tome nuestra palabra. Pregúntele a José Luis Marantes, un activista para los derechos de los inmigrantes en Washington, D.C. quien ha encontrado algunos de sus más fuertes seguidores entre algunos de los futuros trabajadores más preocupados: los estudiantes de universidades predominantemente negras.

Marantes, un organizador juvenil para Center for Community Change, dijo que un reciente encuentro en la Universidad de Howard le demostró convincentemente el fracaso de la estrategia de “divide y vencerás”. Marantes estaba asistiendo una clase de estudios africanos para discutir la legislación inminente para cambiar las políticas inmigratorias del país.

“Un estudiante se puso de pie en la clase y me retó [sobre la reforma inmigratoria]”, dijo. “Este estudiante dijo que era de Los Ángeles y que de donde venia los mexicanos eran los enemigos porque se llevaban los trabajos de la gente negra. ‘Entonces ¿por qué debería escuchar a lo que tú tienes que decir?’”

Marantes recordaba que el ambiente en el salón se llenó de tensión. Pero ese momento pasó tan rápido como llegó pues otro estudiante alzó la voz para denunciar a los comentarios infundados de su compañero de clase.

Por una hora extraordinaria, Marantes se sentó para observar al aula predominadamente negra debatir las políticas inmigratorias y la historia de EE.UU. Los estudiantes hablaron sobre cómo a los negros les fueron rechazados sus derechos laborales, cómo a algunos de sus antepasados se les impidió trabajos y oportunidades, y cómo las leyes de hoy dañan a una nueva generación de trabajadores. Algunos estudiantes argumentaban de que no es justo—así como el esclavismo—que las leyes de inmigración contemporáneas dividan a familias y que enfrenten a un grupo contra otro por el hecho de buscar una vida mejor.

“Esa clase se instruyó por sí misma”, dijo Marantes. “Ellos tenían curiosidad sobre el tema y estaban ávidos de ser informados. Una vez que tenían la información correcta, era claro de que los argumentos viejos no parecían correctos”.

Marantes dijo que él no tuvo que cuestionar al primer estudiante—uno de sus compañeros de clase lo hizo con información correcta. Eso cambió el ambiente por completo.

“A partir de ese punto, ya no se trataba sobre los negros”, dijo. “No se trataba sobre los mexicanos. Se trataba de los empleadores que socavan a los trabajadores y cuando entendieron eso, fue como decir, ‘¡Ah! ¡Ahora lo entiendo!’”

El debate y la clase eventualmente concluyeron. Y entonces fue cuando algo extraordinario sucedió, dijo Marantes. Un estudiante se acercó y dijo que la discusión le abrió los ojos. Él quería saber qué podría hacer por ayudar a impulsar el esfuerzo por la reforma inmigratoria en la universidad. A ese estudiante se le unieron otros de la Universidad Howard, la cual tiene una larga historia de activismo estudiantil en pro de causas progresistas.

Entonces cuando se lleve a cabo la marcha este fin de semana en Washington, unos 85 estudiantes negros de la Universidad Howard estarán entre los activistas haciendo un llamado por una reforma inmigratoria integral para nuevas familias estadounidenses y la justicia económica para todas las familias de este país.

Ellos se unirán a miles de estadounidenses diversos de todo el país quienes escucharán a líderes negros tales como Marc Morial del National Urban League y Ben Jealous del NAACP, ambos quienes tienen un papel prominente en el programa de la marcha.

Ellos se moverán al ritmo de la banda estadounidense Los Lonely Boys, quienes combinan el rock, blues, soul, country, y tejano en su repertorio musical. Y escucharán a Esther López del sindicato United Food and Commercial Workers Union, el cual lucha por los trabajadores negros, blancos y morenos hoy como lo hizo generaciones atrás por los inmigrantes polacos e italianos.

Los estudiantes también marcharán con aquellos que no tienen grandes títulos o la bendición de tener una educación universitaria, pero quienes han entendido el tema migratorio. Trabajadores negros de bajos ingresos procedentes de lugares como New Haven, Connecticut y Milwaukee, Wisconsin están marchando porque saben que sus futuros económicos dependen de una igualdad de condiciones para todos los trabajadores.

Esto requiere una reforma inmigratoria integral que legalizaría a los trabajadores indocumentados para que puedan unirse con los trabajadores negros, blancos, asiáticos y latinos para negociar equitativamente por sueldos, organizar sindicatos y exigir protecciones básicas en el trabajo. La dignidad de un duro día de trabajo por un pago justo en nuestro camino compartido hacia la justicia en este país no sólo ha construido un país, pero también puentes entre nuestras comunidades.

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Henry Fernández y Sam Fulwood son Miembros Senior del American Progress.