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Por Donna Cooper
Los Republicanos insisten en derogar la Ley del Cuidado Asequible. Su plan más reciente en la Cámara para recortar el déficit presupuestario federal este año fiscal busca truncar $10 mil millones en subvenciones federales que proveen cuidado médico para mujeres y niños necesitados, cortando $2 mil millones en financiaciones federales que tendrán consecuencias demasiado caras. Con 50,7 millones de estadounidenses sin seguro, esta es una lógica imprudente.
Los Republicanos cortarán fondos para los centros comunitarios de salud a la mitad. Según el Sen. Orrin Hatch (R-UT), los centros comunitarios de salud han permitido que más de 750 comunidades a nivel nacional suministren cuidado médico a cerca de 4 millones de pacientes nuevos desde 2001. “Estos centros proveen cuidado asequible de calidad para estadounidenses quienes sin esta opción no tendrían cuidado medico”, dijo Hatch, quien respaldó la legislación para expandir la financiación de estos centros en 2008.
Hatch tiene razón. Ningún costo del cuidado médico será eludido al cortar estos $1 mil millones del presupuesto porque la ausencia del cuidado no previene la enfermedad. Simplemente significa que nos enfermaremos más, nos dirigiremos a una sala de emergencia o a un hospital y nuestras necesidades médicas se volverán exorbitantemente costosas.
Encima de este recorte al cuidado médico, el cual es a menudo la única opción de cuidado médico para mujeres y niños, los Republicanos también proponen recortar el bloque de subvenciones para salud infantil y maternal a un 30 por ciento. Este grupo de subvenciones paga las vacunas infantiles y cuidado prenatal para decenas de miles de mujeres y niños. Sin acceso a las vacunas, se tendrá que pagar más para cuidar a niños con enfermedades fácilmente evitables.
Y reducir el acceso al cuidado prenatal es tanto costoso como peligroso. Los costos del cuidado de salud para un bebé prematuro son 10 veces más altos que para un niño que completó su gestación y cuenta con un peso saludable, de acuerdo a March of Dimes. La organización estima que los gastos de salud a lo largo de las vidas para estos bebes frágiles alcanza la cifra de $17 mil millones. Es simplemente absurdo recortar $199 millones de este programa que tiene un historial comprobado de brindar salud a los bebés y disminuir los gastos del cuidado médico en el país.
El eficaz programa de Mujeres, Infantes y Niños (WIC en inglés), también ha sufrido recortes. Este programa les brinda a las futuras madres consejos sobre cómo alimentar a sus hijos con comidas saludables y les provee cupones para comprar los mejores alimentos para sus niños. Sin esta asistencia, la ingestión nutricional de estos niños podría ser más alta en grasas, sales y azúcares, según un reciente estudio de los Servicios de Nutrición y Alimentos de Estados Unidos.
En vez de gastar $1.400 al mes en cuidado médico extra para un niño obeso, podemos gastar tan solo $41 al mes para que WIC ayude a que estas madres jóvenes y niños adopten patrones de consumo saludables, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades. Claramente, WIC es una forma útil y relativamente económica de contener la creciente ola de obesidad infantil.
La eliminación completa de servicios de planificación familiar es un recorte que no causa sorpresa pero que no deja de ser insensata. Estos fondos federales hacen posible que las mujeres y hombres sin seguro tengan acceso a servicios anticonceptivos, consejería de embarazos, exámenes para infecciones transmitidas sexualmente, exámenes de control del cáncer cervical y otros exámenes médicos importantes. Estos fondos no pueden ser usados para practicar abortos, como muchos argumentan.
Sin acceso a estos servicios del cuidado médico, estos adultos terminarán con embarazos no deseados y condiciones de salud que podrían haber sido evitables si hubiesen tenido acceso inmediato a exámenes de control y servicios de planificación familiar común. De hecho, cada dólar invertido en servicios de planificación familiar le ahorra a los contribuyentes $4 en servicios de posparto, parto y prenatal financiados por el Medicaid solamente, de acuerdo a un reciente estudio del Guttmacher Institute.
Lo absurdo de estos recortes a subvenciones, centros comunitarios, y servicios de planificación familiar es que no se necesitaría financiar estos programas si tuviésemos un sistema completo del cuidado médico en funcionamiento donde cada estadounidense tenga acceso a cuidado de alta calidad. Pero esto es algo a lo que los Republicanos también se oponen.
El liderazgo Republicano necesita ver claramente que los $2 mil millones en recortes que ellos proponen en los servicios del cuidado médico para mujeres y niños pobres le costará a los contribuyentes miles de millones más en gastos médicos innecesarios.
Donna Cooper es Miembro Senior del Center for American Progress.
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