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El presupuesto republicano de la Cámara dado a conocer hoy por el presidente del Comité Presupuestario Paul Ryan (R-WI) pretende impulsar el crecimiento económico a través del recorte de impuestos y gastos gubernamentales. No se dejen engañar por la retórica. Quiten la cortina.
Cuando lo hagan verán un presupuesto que aumentará el hambre infantil y que costará empleos al recortar una asistencia vital para la nutrición. Se verá un plan que socava la seguridad económica de la familia al reducir el acceso al cuidado de salud y el apoyo a los que sostienen a sus seres queridos de la tercera edad. Se verá un marco fiscal que se insiste en mantener elevados niveles de gastos de defensa no destinados a la guerra a expensas del cuidado de nuestros veteranos que están regresando a casa. Y se verá una lucha de clases: un presupuesto que enriquece a las personas y corporaciones más ricas con exenciones fiscales dispendiosas a costa de la clase media y los más vulnerables.
He aquí las propuestas más atroces que el Congresista republicano Ryan y el liderazgo de la Cámara no quieren que se conozcan de su proyecto de presupuesto para el año fiscal 2013, que comienza en octubre:
Los millones de comidas que dejarían de recibir las familias que luchan por sobrevivir en medio de las cuantiosas pérdidas de empleos sufridas por las industrias relacionadas con la alimentación
- La seguridad económica de la clase media quedaría destruida al ponerse en riesgo el cuidado de las personas mayores, los discapacitados y los niños
- Los millonarios y las corporaciones se beneficiarían gratuitamente a expensas de las familias de bajos y medianos ingresos
- Continuarían los gastos de defensa no destinados a la guerra a costa del cuidado de nuestros veteranos que regresan a casa con sus familias
- Los programas para ayudar a recuperarse a las familias que luchan por sobrevivir se verían aún más recortados
El pueblo estadounidense debería reconocer las consecuencias de aprobar el plan de presupuesto de la Cámara para el próximo año fiscal por lo que éstas significan: un intento flagrante por inclinar nuestra economía aún más a favor de los ricos a costa de una prosperidad económica más amplia. He aquí los detalles acerca de los 5 pasos más desatinados que se exponen en el presupuesto de la Cámara.
Los millones de comidas que dejarían de recibir las familias que luchan por sobrevivir en medio de las cuantiosas pérdidas de empleos sufridas por las industrias relacionadas con la alimentación
En el presupuesto de la Cámara se propone dar a los estados “más flexibilidad” en el modo como administran el Programa de Asistencia Suplementaria a la Nutrición (por sus siglas en inglés SNAP), el cual asegura que millones de estadounidenses no pasen hambre. Lo que esto significa realmente es que se harían recortes profundos a este programa eficaz y eficiente, lo que impediría su capacidad para responder durante las épocas de recesión y probablemente significaría recortes en la elegibilidad y los beneficios.
Conforme a la propuesta de presupuesto de la Cámara, millones de personas podrían ser privadas de la asistencia a la nutrición que impide que pasen hambre o podrían ver cómo su prestación se reduce a un nivel tan bajo que se le dificultaría el poder realizar tres comidas al día. Si se tiene en cuenta que el 76 por ciento de los hogares que reciben asistencia de SNAP incluyen a un niño, una persona mayor o una persona discapacitada y el triple de muchas familias que reciben asistencia de SNAP reciben ingresos derivados del trabajo y no de la asistencia pública, los “requisitos de trabajo” que propone el Rep. Ryan para el programa tienen poco sentido.
Los recortes a la asistencia suplementaria a la nutrición afectan más que a las familias que luchan por sobrevivir. También se verían afectados los pequeños negocios, incluyendo a los dueños de supermercados y comerciantes minoristas que se benefician de los miembros de la comunidad que utilizan estos beneficios para comprar alimentos para sus familias, toda vez que verían menos clientes entrar en sus comercios. Según un nuevo trabajo del Center for American Progress, por cada $1,000 millones que se recortan al Programa de Asistencia Suplementaria a la Nutrición, se pierden 13,718 empleos y se ponen en riesgo 16,200 millones de comidas para las familias de bajos ingresos. El presupuesto de la Cámara propone $33,200 millones en recortes a los programas agrícolas durante 10 años. Partiendo de la modesta suposición de que la mitad de éste proviene del Programa de Asistencia Suplementaria a la Nutrición, el presupuesto de la Cámara pondría en riesgo 227,718 empleos y podrían perderse hasta 269,000 millones de comidas para personas de bajos ingresos en el transcurso de una década.
La seguridad económica de la clase media quedaría destruida al ponerse en riesgo el cuidado de las personas mayores, los discapacitados y los niños
El presupuesto de la Cámara propone dar a los “estados la capacidad de ofrecer a sus beneficiarios del Medicaid más opciones y mejor acceso al cuidado”. Quizás no sorprenda que lo que esto realmente significa son fuertes recortes al Medicaid que trasferirían el costo a los estados y transformarían de manera fundamental la capacidad del programa para satisfacer las necesidades del cuidadode salud para los estadounidenses pobres, adultos mayores y discapacitados. Los estados carentes de liquidez serían colocados entre la espada y la pared, toda vez que se verían forzados a recortar los beneficios, reducir la elegibilidad o aumentar los impuestos: y en algunos casos tendrían que hacer las tres cosas.
Dado que dos de cada tres dólares del Medicaid se dedican a la prestación de cuidados a las personas que están en hogares de ancianos, a las víctimas de accidentes catastróficos y a los niños discapacitados, los recortes al Medicaid afectarían gravemente a estas personas y a sus familias.
Muchas personas mayores pasan períodos de tiempo prolongados y gastan una gran parte de sus ahorros en el cuidado de salud en sus casas antes de ingresar en los asilos de ancianos con pocos recursos financieros. En la medida en que el 70 por ciento de los residentes en hogares de ancianos se convierten en beneficiarios del Medicaid, las personas mayores y sus cónyuges podrían quedar abandonados a su suerte en el momento en que deberían
disfrutar de la jubilación que se han ganado trabajando toda su vida.
Los millonarios y las corporaciones se beneficiarían gratuitamente a expensas de las familias de bajos y medianos ingresos.
Para “promover el crecimiento económico”, el presupuesto de la Cámara reduce las tasas impositivas a las personas y corporaciones más ricas por un monto de $3,000 billones y hace permanentes los recortes impositivos de la era de Bush. Con todo, la Oficina de Presupuesto del Congreso no partidista ha demostrado que la extensión de los recortes impositivos de Bush a los ricos es una de las formas menos eficaces de estimular el crecimiento económico.
Para poner en contexto estos grandes y costosos recortes, considérese lo siguiente: Con los $3 billones adicionales en recortes impositivos propuestos por el presupuesto de la Cámara, podríamos evitar todos los recortes que sugiere el Rep. Ryan a la asistencia a la nutrición, el Medicaid y otras inversiones internas para los niños, veteranos y familias que están luchando por sobrevivir y aún así contribuir de manera significativa a reducir nuestro déficit. Pero debido a estos enormes recortes impositivos para los ricos y para las corporaciones, el plan de la Cámara aún no consigue generar una reducción efectiva del déficit, lo cual constituye una de sus prioridades declaradas.
Continuarían los gastos de defensa no destinados a la guerra a expensas del cuidado de nuestros veteranos que regresan a casa con sus familias
En este presupuesto de la Cámara se ataca a los programas de la red de seguridad que ayudan a los veteranos agobiados a recuperarse al tiempo que mantiene innecesariamente elevados niveles de gastos de defensa no destinados a la guerra. Por ejemplo, los recortes del presupuesto de la Cámara a la asistencia suplementaria a la nutrición podrían afectar a los veteranos y a las familias militares, toda vez que se gastaron $31 millones de estos fondos en el 2008—el último año del que se dispone de datos completos— en servicios de comidas a militares para ayudar a alimentar a los miembros del ejército y a sus familias que luchan contra el hambre.
Al fijar el límite de los gastos federales anuales aún más bajo que el nivel bipartidista aprobado en la Ley de Control del Presupuesto del 2011, el presupuesto de la Cámara reducirá los programas de red de seguridad que atienden a los veteranos y no veteranos por igual. Por ejemplo, un veterano vive en uno de cada cinco hogares que se benefician del Programa de Asistencia de Energía a Hogares de Bajos Ingresos, que presta asistencia con la calefacción y el aire acondicionado y 1,2 millones de veteranos utilizaron los servicios de salud mental en el 2010.
Sin embargo, la propuesta de presupuesto de la Cámara deja intacto el presupuesto de defensa no destinado a la guerra, aun cuando incluye $70, 000 millones de gastos excesivos causados por fallas en la gestión de los contratos militares del Departamento de Defensa en los dos últimos años solamente. Sin socavar nuestra seguridad nacional, podemos reducir el nivel sin precedentes los gastos básicos de la defensa e invertir en el crecimiento de nuestra clase media. Pero el presupuesto de la Cámara hace lo contrario, retirando las inversiones de los programas que aseguran estabilidad y oportunidad para los veteranos, a la vez que mantienen gastos de defensa dispendiosos.
Los programas que ayudan a recuperarse a las familias que presentan dificultades se verían aún más reducidos
El presupuesto de la Cámara recortaría el presupuesto anual federal en más de $350,000 millones en comparación con la propuesta de presupuesto del Presidente Barack Obama, al tiempo que otorga más de 10 veces esta cantidad en recortes impositivos para los ricos y las corporaciones. En esta parte del presupuesto están incluidos muchos de los programas de necesidades humanas que ayudan a educar y a capacitar a jóvenes de bajos ingresos para obtener empleos, que ayudan a prestar asistencia educativa y de desarrollo crucial a los alumnos de preescolar y que ayudan a brindar a las madres embarazadas acceso a alimentos saludables y nutritivos. Los programas de desarrollo juvenil e infantil como el YouthBuild, Head Start y el WIC, (siglas en ingles), han cambiado para siempre las vidas de personas como Maurice, Melissa y Emily al ayudarlos a recuperarse y, a su vez, ponerlos en condiciones de ayudar a sus familias y a sus comunidades.
Los recortes de esta magnitud en esta área del presupuesto devastarían a millones de familias que aún enfrentan el desempleo, el embargo hipotecario y los recortes a sus cheques de pago y horas de trabajo. Al debilitar la red de seguridad aún más, familias que se tambalean sobre la línea de la pobreza se hacen más vulnerables. Esperamos que no se caigan, pues no va a quedar mucho del colchón de seguridad para sostenerlos con el nuevo plan de presupuesto republicano de la Cámara.
Conclusión
Sabemos que la reducción de la pobreza y la reducción del déficit no son metas excluyentes entre sí. Sabemos que ayudar a las familias de bajos ingresos a acceder al apoyo que necesitan cuando caen en tiempos difíciles no es solo lo correcto sino también algo positivo para nuestro crecimiento económico y nuestro bienestar nacional. Y sabemos que cada acuerdo bipartidista de reducción del déficit que se sometió ante este Congreso protegía a las familias de bajos ingresos y, de hecho, en muchos casos reducía el déficit y la pobreza de manera simultánea. Este presupuesto se contradice de manera irracional con ese compromiso anterior.
Cuando se mira más allá de la retórica, se ve un presupuesto de la Cámara que abandona a las familias más vulnerables y socava aún más a la clase media, al tiempo que canaliza más exenciones impositivas hacia el 1 por ciento. Ya es hora de que aprendamos una lección del pasado: somos más fuertes cuando invertimos en programas y políticas que combaten la pobreza, reducen la desigualdad, crean empleos y amplían la oportunidad económica para todos.
Melissa Boteach es la directora de la campaña Half in Ten para el Center for American Progress Action Fund. Katie Wright es una investigadora con la campaña Half in Ten en el Center for American Progress Action Fund.