Educación

La brecha de preparación académica y los beneficios de la educación preescolar para los niños de color

Publicado el 20 de Diciembre de 2013

La mayoría de los niños menores de 1 año en los EE.UU. hoy día son niños de color; ese simple hecho significa que nuestro futuro será muy diferente de nuestra realidad actual. Antes de que lleguemos al final de esta década, más de la mitad de toda la juventud en este país será de color. Hoy día, los hispanos son el 17% de la población, y los afroamericanos componen otro 13%. Pero para el año 2043, la mayoría de la población en los EE.UU. será gente de color. Una gran porción de este crecimiento se debe a la comunidad hispana, la cual aumentara a un 28% de la población de los EE.UU. en el año 2050. Dado a que sabemos hacia  dónde los EE.UU. se está encaminado, tenemos una oportunidad única de aprovechar al máximo este conocimiento y prepararnos hoy para el futuro de mañana. A medida que el rostro de nuestra nación cambia, las políticas de nuestra nación necesitarán cambiar también. Y a pesar que el cambio nunca es fácil, sabemos que el lugar para empezar es donde ese cambio ya está ocurriendo—y eso significa invertir en los ciudadanos más jóvenes de nuestra nación.

La brecha de preparación académica

Debemos preparar a nuestros niños para el futuro dándoles la fundación educativa que predice el éxito futuro, y eso empieza con educación temprana de calidad. El acceso a la educación preescolar de alta calidad es fundamental para la preparación académica, y la preparación académica puede impactar significativamente todo desde leer a nivel de grado, hasta estar listo para una carrera más adelante en la vida. Dado que muchos niños de color ya se enfrentan al desafío de la pobreza—42,5% de los niños afroamericanos menores de 5 años y 37,1% de niños hispanos menores de 5 años—el acceso a la educación preescolar de alto nivel podría tener efectos positivos, duraderos, y cumulativos para el éxito futuro. Pero datos recientes del 2011 demuestran que más de la mitad de los niños afroamericanos y 63% de los niños hispanos de entre 3 y 4 años no asisten al preescolar.

El acceso a la educación preescolar de alta calidad es particularmente necesaria para niños de color de bajos ingresos, quienes a menudo empiezan en el kindergarten más rezagados que sus contrapartes. A medida que entran a la escuela, la brecha entre los niños más afluentes y los niños más pobres ya es pronunciada. Niños de familias con bajos ingresos se retrasan un año o más a comparación de sus contrapartes con ventajas. Para los 4 años de edad, los niños de bajos ingresos han escuchado 30 millones de palabras menos que los niños de familias más afluentes, y tienen vocabularios menos extensos. Las brechas que comienzan en la edad temprana solo aumentan, y la recuperación se vuelve más y más difícil. Al llegar al primer grado, por ejemplo, ya existe una brecha en la lectura de un año completo entre estudiantes del inglés y los que hablan inglés como primera lengua—una brecha que aumenta a dos años completos al llegar al 5º grado. Esto es preocupante especialmente dado que a medida que los niños de color crecen y maduran, ellos formaran parte de la fuerza laboral estadounidense del futuro. En conjunto, los afroamericanos y los hispanos formaran el 42% de la fuerza laboral estadounidense en el 2050, un gran aumento del presente, ya que hoy día los dos grupos constituyen solo un 27% de la fuerza laboral.

Educación preescolar de alta calidad puede reducir la brecha de preparación académica

Afortunadamente, se ha demostrado que programas de educación preescolar de alta calidad reducen la brecha de preparación académica, especialmente para niños de color de bajos ingresos. En el transcurso de la última década, 40 estados han iniciado programas de educación preescolar fundados por el estado, los cuales prestan servicios a alrededor de un cuarto de todos los niños de 4 años. Unos cuantos estados, incluyendo Oklahoma y Georgia, sirven a la mayoría de sus niños de 4 años. Estos programas encuentran, junto con conclusiones de informes longitudinales realizados en el transcurso de las últimas décadas, que la educación preescolar de alta calidad puede mejorar la preparación académica, en particular para niños de color y niños que hablan inglés como segunda lengua.

Los niños que asisten a un programa de educación temprana de alta calidad ganan un promedio de cuatro meses de aprendizaje. Los programas de más alta calidad pueden producir hasta un año de aprendizaje adicional. Además, los niños ven beneficios tangibles través de sus vidas—desde mejores tasas de graduación y ganancias, hasta índices más bajos de delitos y de embarazo durante la adolescencia. Los niños más vulnerables, particularmente los niños de color de bajos ingresos, son los que más se benefician de la participación en educación preescolar de alta calidad.

A medida que los programas preescolares han crecido en el transcurso de los últimos 10 años, también ha habido un aumento en el número de investigaciones sobre los resultados para niños que participan en ellos. Casi todos estos informes han demostrado que los niños ven  beneficios tangibles  cuando asisten a programas preescolares de alta calidad. Este resultado es verdadero para niños de orígenes diversos, incluyendo todos los niveles de ingresos y grupos raciales y étnicos. Sin embargo, los niños de bajos ingresos son los que más se benefician  y algunas investigaciones sugieren beneficios a ciertos subgrupos demográficos. Varias evaluaciones estatales de programas preescolares han explorado el impacto de estos programas sobre grupos raciales y étnicos específicos. Más abajo examinamos los resultados de estas investigaciones para niños hispanos, afroamericanos, y americanos asiáticos, al igual que para niños para quienes el inglés no es el idioma primordial en el hogar.

Niños afroamericanos

Muchas de las investigaciones fundacionales que examinan el impacto de los programas de educación temprana se enfocaron en los niños afroamericanos. Esto incluye el revolucionario HighScope Perry Preschool Project de los 1960s, el programa Abecedarian Preschool en los 1970s, y los Chicago Child-Parent Centers, fundados en 1967. Mientras que no es posible comparar el impacto de estos programas a través de agrupaciones raciales, el impacto de estos programas de educación temprana sobre los niños afroamericanos de bajos ingresos que participaron fue pronunciado y a largo plazo. Por ejemplo, los niños que participaron del Perry Preschool Project tenían más probabilidades de completar la secundaria, estar empleados, y evitar  la encarcelación. Estas tres investigaciones longitudinales definen el impacto significativo que las intervenciones preescolares intensivas pueden tener en niños afroamericanos de muy bajos ingresos.

Los programas preescolares estatales también parecen tener beneficios sustanciales para niños afroamericanos, al igual que niños de otras razas y etnicidades. En Tulsa, Oklahoma, se observaron ganancias en los niños afroamericanos en exámenes midiendo la habilidad de alfabetización temprana y las habilidades para la resolución de problemas. Las ganancias en la alfabetización temprana eran comparables a las ganancias observadas en los niños blancos, pero las ganancias en las habilidades para la resolución de problemas era sustancialmente más altas para niños afroamericanos que para sus contrapartes blancos. En la resolución de problemas, se observaron ganancias de 6% en los niños blancos, en el transcurso del año académico, mientras que los niños afroamericanos hicieron ganancias de 21%. De manera parecida, una investigación del programa preescolar de las escuelas públicas de Boston también encontró beneficios para niños de orígenes raciales y étnicos diversos, incluyendo niños afroamericanos. En 3 de 12 de las evaluaciones del desarrollo infantil, se observaron ganancias más fuertes en los niños afroamericanos que los niños blancos.

Niños hispanos

Varios programas preescolares estatales y comunitarios han demostrado impactos particularmente fuertes para niños hispanos. Una investigación del programa preescolar universal de Oklahoma del 2008, realizado en Tulsa, demostró resultados positivos para todos los grupos raciales y étnicos, pero los impactos eran particularmente fuertes para niños hispanos. Sobre las medidas de habilidades de alfabetización temprana y resolución de problemas, se observaron las ganancias más grandes en los niños hispanos de entre todos los subgrupos.

Asimismo, una evaluación del programa preescolar universal de Boston encontró beneficios especialmente grandes para niños hispanos, aunque se observaron ganancias en todos los niños. Los niños hispanos demostraron ganancias más altas en las medidas de vocabulario, alfabetización temprana, y resolución de problemas. Sobre todo, los niños hispanos realizaron ganancias grandes en las medidas de “inhibición” y “cambios de atención”. Se cree que estas habilidades, a veces conocidas como “funcionamiento ejecutivo”, proporcionan la base para habilidades como la auto-disciplina y la capacidad de cambiar de concentración entre tareas.

Americanos Asiáticos

Datos del 2011 demuestran que 48% de los americanos asiáticos entre 3 y 4 años de edad no asisten a la escuela preescolar. Aunque este índice es mejor que las tasas para los niños hispanos y afroamericanos, la información refleja a los niños americanos asiáticos en conjunto y no como un grupo individual y, debido a datos limitados, a menudo no toma en consideración las variaciones entre subpoblaciones asiáticas, como Chinos, Japoneses, y Coreanos, las cuales frecuentemente varían significativamente. Pocas investigaciones han examinado el impacto de los programas preescolares en los subgrupos de los americanos asiáticos, debido a que estos tienden a totalizar números bajos. La investigación del programa preescolar público de Boston sí examinó los impactos específicos en los americanos asiáticos, pero señaló que el tamaño de muestra era pequeño. En Boston, los niños americanos asiáticos demostraron más ganancias que los niños blancos en varios ámbitos de desarrollo infantil. En particular, los niños americanos asiáticos demostraron ganancias significativas en la resolución de problemas aplicados.

Estudiantes del idioma inglés

Hay una superposición considerable entre los estudiantes del idioma ingles y los niños hispanos en las investigaciones existentes de programas preescolares estatales. Varias evaluaciones de preescolares estatales, sin embargo, han investigado específicamente el impacto sobre los niños provenientes de hogares donde el inglés no es el idioma primario, o aquellos niños con un competencia limitada del inglés. En la mayoría de los casos, la gran mayoría de los niños hablaban español como su idioma primario. Cada investigación que observó a esta población encontró beneficios sustanciales para los niños que participaban en la escuela preescolar.

Los niños hispano-hablantes en el programa preescolar de Tulsa tuvieron ganancias sustanciales de idioma, pero también tuvieron ganancias en alfabetización temprana y aptitud en las matemáticas. Los investigadores estiman que las ganancias observadas en los niños hispano-hablantes son comparables a las ganancias observadas en el revolucionario Perry Preschool Project y el proyecto Abecedarian, ambos de los cuales han documentado ganancias a largo plazo para los niños en el transcurso de sus ciclos de vida, incluyendo menores tasas de delitos y del embarazo en la adolesencia, ingresos más altos, y participación reducida en programas de asistencia pública. En comparación con otros niños hispanos matriculados en el programa preescolar de Tulsa, los estudiantes del idioma ingles y los niños con al menos uno de sus padres nacidos en México avanzaron más significativamente.

En Georgia, los niños hispano-hablantes mejoraron en un rango de evaluaciones sobre lenguaje y alfabetismo, matemática y conocimiento general. En varios ámbitos, ganancias observadas en los niños hispano-hablantes eran mucho más altas que en la muestra completa. Los niños hispano-hablantes hicieron ganancias particularmente grandes en vocabulario—tanto receptivo como expresivo—y resolución de problemas matemáticos.

En Tennessee, los que no hablaban inglés como primer idioma tuvieron ganancias más grandes que los hablantes nativos. Los niños que asistieron a la escuela preescolar tenían ganancias 85% más grandes en medidas del desarrollo lingüístico a comparación de otros niños que no asistieron a la escuela preescolar. Los niños que hablaban  inglés como primera lengua y que asistieron al preescolar también tuvieron ganancias cuando fueron comparados con quienes no asistieron, pero esas ganancias eran 27% más altas.

En camino por delante

Los estudiantes del preescolar de hoy pronto serán los pilares de la economía de nuestro país. Pero antes de que se unan a la fuerza laboral y contribuyan a fortificar la economía de nuestra nación, estos niños de color deben primero navegar la experiencia escolar con éxito. Los niños de color ya constituyen casi la mitad de la población pre-K-12—en el 2010, los estudiantes blancos constituían el 54% de la población estudiantil nacional pre-K-12, una disminución desde tan solo una década anterior, en el 1990, cuando los estudiantes blancos constituían 67% de la población pre-K-12. El completar la escuela secundaria no será suficiente para que muchos puedan ganarse un salario suficiente para sustentar a una familia en el futuro. De hecho, en solo cinco años, en el 2018, 45% de todos los trabajos requerirán un título asociado o más. Pero hoy, solo 27% de los afroamericanos, 26% de los hispanos nacidos en los EE.UU., y 14% de las mujeres hispanas inmigrantes tienen ese nivel de educación. A medida que las comunidades de color se convierten en una parte cada vez más grande de la fuerza laboral de los EE.UU., esto es especialmente preocupante. Si las tasas de logro educativo se quedan donde están hoy, y la formación y educación requeridas para los trabajos se vuelven más rigurosas, no tendremos una fuerza laboral preparada para el futuro. Las proyecciones del Censo  muestra que en el transcurso de los próximos 10 años e habrán 36 millones de puestos de trabajos que requerirán educación más allá de la escuela secundaria, pero no tendremos los trabajadores para llenar esos puestos; efectivamente, quedaremos cortos al ritmo de aproximadamente 5 millones de trabajadores.

Preparar a nuestra fuerza laboral del futuro beneficia no solamente a los individuos y sus familias, pero también a la economía de nuestra nación. Si hubiésemos cerrado las brechas de rendimiento académico de los estudiantes afroamericanos e hispanos en el 2008, nuestro país hubiese ganado entre $310 mil millones y $525 mil millones en producto interno bruto (GDP por sus siglas en inglés). Aunque no lo hicimos entonces, tenemos una oportunidad de hacerlo ahora. Los estadounidenses están listos. Una encuesta nacional reciente, publicada en octubre del 2013 por el Center for American Progress, demuestra que las brechas en niveles de educación para los afroamericanos y los hispanos son consideradas como uno de los problemas más graves asociados con la desigualdad en nuestra nación. Según la encuesta, 88% de los encuestados vieron el hecho que “cuarenta y ocho por ciento de los estudiantes afroamericanos en octavo grado y 43 por ciento de los estudiantes hispanos en octavo grado obtienen marcas por debajo del nivel básico en exámenes de matemática y lectura, comparado con 17 por ciento de blancos” como un problema grave o muy grave.

Lo que es más alentador es que los estadounidenses no ven esto como un problema que existe en un silo. Los resultados de la encuesta demostraron que los estadounidenses apoyan firmemente a una nueva agenda de justicia diseñada para reducir la desigualdad racial y étnica. Más de 70% de los encuestados apoyan tomar pasos hacia el logro de esta agenda a través de la inversión en áreas como la educación, la capacitación laboral, y el mejoramiento de la infraestructura, incluyendo un apoyo mayoritario de los blancos no hispanos. Además, más de la mitad de los estadounidenses—54%—dicen que estos pasos ayudarían a la economía en general, y una mayoría de 61% de los estadounidenses dicen que estarían dispuestos a invertir “significativamente más fondos públicos para ayudar a cerrar la brecha en las tasas de graduación universitarias” entre los estudiantes afroamericanos e hispanos y sus contrapartes blancos.

Cerrar estas brechas en las tasas de graduación universitarias empieza con el cierre de las brechas antes de que los estudiantes empiecen a crecer, y requiere la inversión en la educación temprana. Un mejor acceso a programas preescolares dará una oportunidad a que todos los niños estén preparados para la escuela, a que terminen la educación secundaria exitosamente, y que estén listos para una carrera. Invertir en la educación temprana hará  que nuestro país y nuestra economía están en condiciones de beneficiarse significativamente, y nos convertiremos en una nación más próspera para las generaciones del futuro. La buena noticia es que los estadounidenses tienen la determinación para ver que esto se lleve a cabo.

Farah Z. Ahmad es una analista política para Progress 2050 en el Center for American Progress. Katie Hamm es la Directora de la política de educación temprana en el Center for American Progress.