He aquí una predicción que no se escucha todo el tiempo en Washington: una reforma inmigratoria que fortalece la seguridad de la frontera, que hace crecer la economía, y que ofrece a los 11 millones de inmigrantes indocumentados una oportunidad eventual a obtener la ciudadanía será promulgada en los próximos meses. Lastimosamente, esta no es la opinión prevaleciente entre los reporteros políticos, quienes parecen estar obstinados en escribir el obituario de la reforma inmigratoria. El nombrar una razón u otra por la cual el Congreso no aprobará la legislación inmigratoria de sentido común se ha vuelto el juego de salón de D.C. Pero este juego se está volviendo viejo, pues debería de ser obvio para todos que si no hay reforma inmigratoria, será solo por una razón: la falta de liderazgo de los Republicanos en la Cámara de Representantes.
Los cínicos – expertos y prensa – primero afirmaron que el presidente Obama solo quería usar el tema de la inmigración como un garrote político; pero la Administración le dio al Senado el espacio para maniobrar legislativamente y al mismo tiempo apoyó el proceso y mantuvo en alto la urgencia. Luego la narrativa cambio hacia el costo de la legislación, el cual descarrilaría el esfuerzo legislativo; pero el Oficina del Presupuesto del Congreso (Congressional Budget Office en inglés) llego a la conclusión que la reforma reduciría el déficit por $820 mil millones en el transcurso de los próximos 20 años. Los cínicos mantuvieron su opinión que un Senado dividido no podía alcanzar 60 votos en ningún tema controversial; pero el proyecto de ley pasó con 68 votos a favor. Más recientemente, se pronosticaba que el levantamiento de la base nativista durante el receso de verano asustaría al Congreso y que esto llevaría a la inacción; pero las fuerzas pro-reforma se adelantaron y sobrepasaron a los oponentes en agosto
Ahora augurios negativos de Washington tienen una teoría nueva: que el debate alrededor de Siria ha reemplazado a la reforma en la lista de prioridades. Pero esto es igual de ridículo (e igual de erróneo) que las otras razones anteriormente propuestas. Tiene la Cámara de Representantes otros asuntos importantes en su agenda, incluyendo a Siria? Por supuesto. Pero el Congreso, a pesar su disfunción innegable, puede y debe abordar varios asuntos de importancia nacional al mismo tiempo. Y a diferencia del Senado, la maquinaria legislativa de la Cámara de Representantes permite la acción rápida cuando existe el deseo de actuar. La única cuestión es si los líderes Republicanos de la Cámara de Representantes tienen la voluntad de entrega.
Si todavía no la tienen, hay numerosos incentivos poderosos para que ellos desarrollen la voluntad para promulgar la reforma inmigratoria. De mayor importancia, hay un apoyo público asombroso – entre los altos 70, incluyendo una mayoría fuerte de Republicanos – a favor de una legislación que, como hace el proyecto de ley del Senado, combina una aplicación inteligente con reformas de las leyes inmigratorias legales y la legalización, con un camino alcanzable a la ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven aquí. Este apoyo público se hizo notar a través de la energía y la participación de las comunidades alrededor del país en agosto, cuando ocurrieron más de 1300 eventos pro-reformistas.
Es más, mientras la Cámara de Representantes lidia con cuestiones del presupuesto este otoño, la reforma inmigratoria presenta una oportunidad dorada para que ellos demuestren que están tomando el crecimiento de la economía y la reducción del déficit en serio. Hay consenso bipartidista – ahora formalmente respaldado por el imparcial CBO – que la reforma inmigratoria desencadenará un fuerte crecimiento económico a medida que reducirá el déficit. Promulgar la reforma inmigratoria no sólo es popular, sino que también es fiscalmente prudente.
Y a pesar de todo el discurso sobre las divisiones políticas dentro de los rangos Republicanos sobre este tema, está en el mejor interés del partido a corto y largo plazo, que actúen. Para empezar, sacaría de la mesa un asunto que ha dividido al partido y dañado su imagen con el público estadounidense. Les ganaría crédito con los electores Latinos, el segmento de votantes que está creciendo con más velocidad, y del cual no pueden continuar distanciándose. Y desafiaría las percepciones actuales que este es un partido mayoritario que es incapaz de gobernar.
El impulso para tener legislación este año no debe descarrilarse por factores externos superfluos como un voto sobre Siria o un calendario legislativo artificialmente constrictivo. Ya existen los votos para promulgar una reforma significativa. La única cuestión es si los Republicanos de la Cámara de Representantes dejarán que esos votos sean emitidos.